viernes, 24 de abril de 2020

la duración


Una vez más lo he sabido:
el éxtasis es siempre demasiado,
la duración, en cambio, es lo adecuado.
Sí, la cosa de la que, con los años, surge la duración
es esencialmente insignificante,
no merece que se hable de ella,
pero sí que se le fije por medio de la escritura:
Porque para mí tiene que ser lo fundamental.
Y  yo,
para que me surjan los momentos de duración
e impriman un sello en mi rígido rostro
y metan un corazón en mi pecho vacío,
tengo, sin falta,
que practicar, año tras año,
mi amor.
El poema de la duración es un poema de amor.
Y  la duración… la vives quizá con la máxima fuerza
cuando te haces invisible:
cuando la miras en secreto, en su camino cotidiano.


jueves, 23 de abril de 2020

tus hijos no son tus hijos

Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.