Para la hora del amor tenemos
plumas y cantos de colores.
Cuando el rocío viste
de cristales las espinas
y sólo una mirada basta
para sanar las heridas de tus alas.
Y una sola mirada tuya
me vuelve orquesta la garganta.
La mañana se nos vuelve baile y canto.
Pajarita mía,
chincola de los ojos dorados,
ésta es la única hora
en que volamos.
ResponderEliminarchincola de los ojos dorados,
ésta es la única hora
en que volamos.
I am not fluent in Spanish, but I really love to read your poems in your native tongue.. There really is no translation. Thank you so much for visiting and for your kind comments.
thanks Gabrielle....visiting your blog is a pleasure!
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