"Durante tanto tiempo he retenido al ángel
que se me ha vuelto pobre entre las manos.
Se ha ido haciendo pequeño mientras yo crecía:
y ha llegado un momento en que yo era el consuelo,
y él sólo una súplica que se alza con temblor.
Le he dejado entonces que se fuera a su cielo.
Me ha dejado las cosas de las que ya se ha ido.
Ha aprendido a volar, y yo entiendo la vida.
Y ahora, poco a poco, nos hemos conocido..."
Para festejarme, 1899
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