sábado, 12 de mayo de 2018

el carpintero

Allá en el sur, allá donde el barro
es el único sendero hacia los pueblos,
allá donde los árboles caen con la lluvia
y los pájaros ven la muerte de sus nidos.

un hombre mide las tablas, toma una,
la marca: el serrucho une al mundo
en ese corte.

Luego nace una ventana,
una puerta que abre Dios en esta noche.

En el alma de la tierra
están los pueblos,
con las huellas de su vida
que van lejos.

Luego observa aquella mesa en la madera:
el cepillo empareja hasta el silencio
y se arrastra la viruta por la tierra.

Está solo. El martillo hunde los clavos.
Las heridas que se abren en un hombre:
son las suyas.



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