¿Cuentan mis
pasos meticulosamente?
¿Han llegado a
una cifra
de muchos ceros
separados por puntos?
¿Podría yo
haber caminado hasta la estrella más cercana?
Recuérdenme,
por favor,
uno de mis
primeros pasos,
quiero el traje
planchado que usaba ese día
quiero que mi
madre me coja la mano firmemente.
Esa debe ser mi
abuela ahí
en el ataúd
abierto. Sus manos están agrietadas
de tanto fregar
el suelo que caminamos con zapatos negros.
Los tres
pasitos que di entonces
para que
pudiera ser levantado y besarla,
y los tres
igualmente pequeños que di para retroceder...
¿Todavía
resuenan en magnitudes que retroceden eternamente?
¿Podría este tremendo perro sentado como esfinge
junto a la gris
costa atlántica
todavía oír el crujir de mis zapatos nuevos
al otro lado
del mundo?
(De "Gods
and Devils", 1990)
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