sábado, 28 de junio de 2025

Óyeme, como quien oye llover

 

Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormida con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el asfalto relumbra, tú cruzas la calle,
es la niebla errante en la noche,
es la noche dormida en tu cama,
es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora mismo,
oye los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni sitio,
oye la lluvia correr por la terraza,
la noche ya es más noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,
vago jardín a la deriva
entra, tu sombra cubre esta página.




 


martes, 17 de junio de 2025

Mononito

 Casi al llegar el invierno

el álamo me hizo señas

con su hoja dorada y grande

la más bella y más brillante,

la que anunciaba un adiós...

Te visité ya internado

y sentí que te alejabas, 

acaricié con ternura

esa arisca cabecita

que no dejabas tocar,

te miré y me miraste

tan lejano tan callado

que me duele imaginar...


( Que tu fiel amiga Panchita te  reciba querido Monono ...)



sábado, 14 de junio de 2025

miércoles, 4 de junio de 2025

Cavando

 Bajo mi ventana

el limpio, áspero sonido de la pala hundiéndose en el suelo de grava: Mi padre está cavando. Volteo desde arriba
a ver su tensa grupa entre los lechos de flores hasta que se inclina más, y se endereza veinte años atrás agachándose con ritmo entre los surcos de papas donde estaba cavando.
La tosca bota anidaba en la pala, eje contra rodilla se nivelaba con firmeza. Iba arrancando los brotes altos, enterraba hondo el filo brillante para esparcir las nuevas papas que recogíamos, felices con su fresca dureza entre las manos.
¡Por Dios! ¡Vaya si el viejo sabía manejar la pala! Igual que su propio viejo.
Mi abuelo cortaba más turba en un día que ningún otro en la ciénaga de Toner. Una vez le llevé una botella de leche con tapa floja de papel. Se enderezó para beber, y de inmediato volvió a la tarea
cortando y rebanando con esmero, levantando trozos por encima del hombro, y luego una y otra vez hasta la champa. Cavando.
El frío olor del limo de papas, el chapoteo y golpeteo de la turba empapada, los cortes del filo en seco por entre raíces vivas despiertan en mi memoria. Mas yo no tengo pala para imitar a hombres como ellos.
Entre índice y pulgar la gruesa pluma reposa. Yo cavaré con ella.