domingo, 23 de julio de 2017

O tois que j'eusse aimée

Y ahora una digresión Consideremos
esa variante del amor que nunca
puede llamarse amor

Son aislados instantes sin futuro

En la ciudad donde estaré tres días
nos encontramos
Hablamos cien palabras

Pero un brillo en los ojos un silencio
o el roce de las manos que se despiden
prende la luz de la imaginación

Sin motivo ni causa uno supone
que llegó pronto o tarde
y se duele
["no habernos conocido..."]

E involuntariamente
ocupas tu fiel nicho
en un célibe harén de sombras y humo

Intocable
incorruptible al yugo del amor
viva en lo que llamó De Rougemont
la posesión por pérdida
 



 (el título de éste poema es tomado por Pacheco de un verso del poema de Baudelaire "A une passante") 



1 comentario:

  1. El no florecer lo que deseabamos que florezca, es otro florecimiento, el corazón es una abeja amable, que de todo, desea hacer miel

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